Sociología
Situación problema
¿Qué tipo de conocimientos pueden intervenir en el análisis de un mismo problema filosófico?
Competencia creativa
Deducción de consecuencias e implicaciones de las distintas respuestas y tratamientos dados desde la filosofía a distintos problemas.
Principales teorías sobre
el origen de la sociedad y del Estado
Cuando hablamos de legitimidad del gobierno,
nos referimos a la condición de aceptable que tiene su autoridad
a los ojos de los ciudadanos. Y, si bien es cierto que cada individuo o sector de la sociedad puede tener
una medida distinta para evaluar la legitimidad
de un gobierno, también es verdad que las sociedades democráticas se definen
precisamente por compartir la idea de que la condición necesaria para calificar
de legítimo a un gobierno es que éste tenga su origen mediato o inmediato en unas elecciones libres y competitivas.
Pero esta idea básica está lejos de ser
compartida universalmente. Hay grupos que rechazan
los procedimientos legales para tratar de llegar al. gobierno y optan por la lucha armada, que consideran más legítima que
las elecciones. -Hay otros que pretenden alterar el territorio sobre el cual se
proyecta la autoridad de su gobierno y reclaman
la independencia. Por esto, junto a la
legitimidad electoral originaria de los gobiernos democráticos, éstos han de conseguir legitimar el ejercicio mismo de
su poder. Obviamente, no frente a quienes
niegan la legitimidad originaria y lo rechazan de entrada. Sí, en cambio, frente a la mayoría de los ciudadanos
que aceptan la legitimidad democrática, pero que presentan a los poderes
públicos múltiples demandas, con frecuencia contradictorias en la medida en que
responden a intereses socialmente contrapuestos."
XAVIER ARBÓS y SALVADOR GINER: La gobernabilidad
Cuando se habla, en sociología, de
"interiorización" como el momento fundamental de la integración del
individuo en la sociedad, se dice que ésta se produce
cuando el individuo acata y "hace suyas" las normas, usos y costumbres
de su grupo. Esta aceptación se puede hacer por el aspecto coercitivo que
normalmente va aparejado al cumplimiento de esas normas o instrucciones.
Adquiere, sin embargo, un valor particular cuando la aceptación se produce en
virtud del reconocimiento de que quien da esas normas o pide su cumplimiento, lo hace "legítimamente";
es decir, cuando reconocemos en él autoridad
para hacerlo.
La legitimidad tiene que ver, por tanto, con la
capacidad que reconocemos a alguien, persona o grupo, para
imponer normas por alguna razón más que por
la mera posibilidad de obligar a su cumplimiento o el temor de la sanción
o castigo que pueden caernos. Esta legitimidad se plantea de forma
problemática, pero de manera absolutamente imprescindible, en el caso de la
institución política. Establecer la legitimidad
de una autoridad política o determinar Ios criterios en que ésta deba apoyarse ha sido objeto de discusión a lo largo
de la historia y ha constituido una parte importante de la reflexión
filosófica, de las doctrinas religiosas y, más modernamente, de la ciencia
política.
Saberes previos
TEORÍAS SOBRE EL ORIGEN DE LA SOCIEDAD
Que el ser humano vive en grupos sociales y que
depende de ellos de manera fundamental
salta a la vista. Ante esto cabe preguntarnos por la raíz misma de este hecho: averiguar si vivimos socialmente
porque así lo reclama nuestra constitución
natural, o porque así lo hemos decidido por acuerdo, conveniencia o
imposición en algún momento. En este sentido podemos distinguir entre las
teorías naturalistas de la sociedad y aquellas que defienden el carácter
artificial o convencional de las mismas.
De este asunto se ha ocupado tradicionalmente la filosofía, que se pregunta
quién es antes, si el individuo o la
sociedad.
LA SOCIABILIDAD NATURAL: ARISTÓTELES
Según ARISTÓTELES, el hecho de que los hombres
constituyan sociedad no es, en modo alguno, un capricho ni fruto de una decisión
pactada, Si ser humano está configurado de tal
manera que, por naturaleza, es un ser social. Solo en la sociedad puede
encontrar su suficiencia y llegar a
satisfacer todas sus necesidades. Es
verdad que físicamente el individuo precede a la "Ciudad-Estado" de
tal manera que, en el tiempo, el individuo, la familia o la tribu son anteriores al Estado, pero estas instancias
intermedias, también naturales, desembocan en éste al no bastarse a sí
mismas para satisfacer las necesidades del ciudadano: la administración, la
defensa, el trabajo, la economía, el
comercio... Además de esta insuficiencia, por la que afirma
la condición social del ser humano,
ARISTÓTELES sostiene que la prueba definitiva que demuestra ese destino natural del ser humano está en
el hecho del lenguaje: es el único ser
que tiene palabra con la que establece lo conveniente y lo justo, y esto sólo
se hace en la ciudad. Únicamente por la participación
en el Estado, el hombre ejerce su condición de miembro de una comunidad de
ciudadanos.
ARISTOTELES no vive el Estado y su soberanía
como una limitación para el hombre, Al contrario, en la pertenencia del hombre
a la ciudad-Estado encuentra su plenitud, éste se convierte
en ciudadano, que es sinónimo de hombre
libre que participa en el gobierno de la ciudad
y en la administración de la justicia.
LA CONVENCIONALIDAD SOCIAL:
HOBBES, LOCKE, ROUSSEAU Y RAWLS
Idea bien distinta de la sociabilidad tienen
otros autores. Si ARISTÓTELES subrayó la
sociabilidad natural del ser humano, otros autores
consideran que la sociedad sólo fue posible gracias a un pacto entre los individuos. Este pacto estaba condicionado
desde el primer momento por la resistencia
de los hombres a asociarse; si terminaron haciéndolo,
fue para evitar otros males mayores. Antecedentes de este convencionalismo
social podemos encontrarlos ya en los sofistas (siglo V a.C.; pero, como tal teoría, se desarrolló sobre todo en la época
moderna y, particularmente, en los siglos XVII y XVIII. Los autores "contractualistas" más conocidos
son T. HOBBES, J. LOCKE y J. J. ROUSSEAU.
Los tres autores distinguen entre estado de naturaleza y sociedad civil. Para ellos, la sociedad civil comenzaría tras
un pacto, que es entendido de distinta manera por cada uno de ellos.
HOBBES
El filósofo inglés, THOMAS HOBBES (1588-1679),
describe el estado de naturaleza como un estado de guerra permanente,
de dominio de los violentos y señorío del
egoísmo. Los individuos son iguales por naturaleza, no existe ningún tipo de
derecho que ponga límites a sus deseos,
por lo que intentan alcanzar todo aquello a lo que les impulsa la tendencia a conseguir lo que les apetece. Esto
genera un estado de guerra permanente,
situación que refleja la conocida afirmación: "el hombre es un lobo para el hombre". Fue esta
situación la que los llevó al establecimiento de un pacto salvador. Pero la sociedad no nace con un mero pacto
de unión o de aceptación de las decisiones que se tomen. Se requiere, además,
un pacto de sujeción por el que los
individuos renuncien a sus "derechos" y se sometan a una forma particular de gobierno civil. A partir de ese momento, los individuos pierden todos
sus derechos naturales y los adquiere, todos sin excepción, el Estado, como
único medio de cumplir la finalidad que se le
asigna: salvaguardar la seguridad de
todos. Se ha visto en esta posición una clara justificación del absolutismo de
Estado, que se fundamenta en el principio de que una sociedad funciona mejor cuanta mayor sea la autoridad del
gobernante.
LOCKE
JOHN LOCKE (1632-1704), filósofo empirista
inglés, parece dar por cierta también la
existencia de un estado primitivo natural en el que los hombres eran libres e iguales, dueños y señores de sí, entregados a su autocomplacencia. Pero, a diferencia
de HOBBES, afirma que existía una ley
natural o derecho primitivo que los llevaba a reconocer a los demás como libres e independientes y a respetar algunos
derechos generales, como el derecho a la vida y la propiedad. El Estado nace también como resultado de la voluntad
de los individuos, pero éstos no renuncian en ningún momento a reasumir de
nuevo el poder político. El Estado tiene la
misión de servir a los individuos y procurar su bienestar, sin que pueda
enajenar sus bienes sin su consentimiento.
El Estado encarna la ley común que evita el
peligro del enfrentamiento de todos contra todos, pero no debe olvidar que
tiene al origen en la voluntad de los individuos, a la que siempre se mantiene ineludiblemente vinculado y de cuyos votos depende, porque los derechos
individuales son inalienables. La influencia de LOCKE en el pensamiento político
moderno ha sido muy importante; se le reconoce una destacada contribución a la
formulación de los derechos fundamentales,
recogidos en muchas constituciones de los
Estados modernos.
ROUSSEAU
JEAN JACQUES ROUSSEAU (1712-1778), filósofo
francés nacido en Ginebra, vinculado a la
Ilustración y crítico de ella, a contrapelo del optimismo de la época concibe el progreso como un alejamiento sin
retorno del ideal estado primitivo del ser
humano. A medida que acumulamos más conocimientos nuevos, más nos
distanciamos de la posibilidad de conocer
al hombre natural. ROUSSEAU afirma que lo
natural y originario es la insociabilidad; nada había en el hombre primitivo
que lo encaminara hacia la constitución de la sociedad. Ni la necesidad
de sus semejantes, ni la suya propia. El
buen salvaje se bastaba, libre de tendencias agresivas. Pero si es cierto que
se movía a impulsos del natural egoísmo, también
es verdad que éste iba acompañado del sentimiento de piedad, entendido como comprensión o simpatía, como
capacidad de identificarse con quien
sufre. Para ROUSSEAU, preocupado
continuamente en sus obras por el contraste entre hombre natural y hombre
artificial, la sociedad es la causante de
todo lo negativo que hay en el ser humano -la desigualdad, la insolidaridad, la
violencia-, provocado inicialmente todo ello por la aparición de la propiedad privada. Pero ROUSSEAU también es realista y sabe que el estado de naturaleza* es
el paraíso definitivamente perdido, o quizás algo que no se ha dado nunca ni puede darse, y al que ya no puede
volver el hombre dotado de razón como está y necesitado de sus
semejantes. El estado de naturaleza sólo
sirve como construcción teórica para conocer la verdadera estructura del ser
humano, lo que hay en él de originario.
ROUSSEAU establece los principios generales que
todo modelo político debe tener, dibujando el esquema ideal del Estado
democrático moderno. El problema fundamental es armonizar
libertad, igualdad y poder político, que
consiste en "encontrar una forma de asociación que defienda y proteja con toda la fuerza común la
persona y los bienes de cada asociado y por la cual, uniéndose cada uno a
todos, no obedezca, sin embargo, más que
a sí mismo y quede tan libre como antes".
La sociedad civil es resultado del pacto social.
En este pacto no se cede el poder a
ningún soberano, el pueblo todo es el soberano. Esta soberanía se expresa en la voluntad general. La
voluntad general es la voluntad del
sujeto colectivo, la del ciudadano libre y responsable que siempre pretende el bien común. De esta voluntad
dimana la ley que, precisamente por ser
expresión de ella, será libremente expresada y respetada y constituye el
dinamismo de la sociedad.
El neocontractualismo de J. RAWLS
JOHN RAWLS (1921), en su obra Teoría de la
justicia (1971), recurre a una versión actualizada de la teoría del contrato
social, como fundamento de la sociedad
democrática.
La sociedad supone, por un lado, conflicto
constante de intereses y, por el otro,
voluntad de mantener unos principios -los "principios de justicia"- que tanto individuos como
instituciones públicas aceptan en orden
al mantenimiento de la sociedad. Estos principios son resultado, no de un pacto
inicial, sino de una situación o posición original, que lo sustituye; supuesta esta situación inicial,
cabe imaginar qué principios, respecto de
la libertad y la desigualdad humanas, están dispuestos los individuos, libres y racionales, a aceptar para su propio
bien. RAWLS concluye afirmando que los
individuos escogen dos principios fundamentales: el principio de igualdad, y el
principio de diferencia. El primer principio asegura el máximo de libertad de
cada uno, compatible con el máximo de
libertad de todos. El segundo, justifica la desigualdad cuando resulte
provechosa para todos.
Actividad 1
1. ¿Cuál es para ARISTÓTELES la prueba
definitiva de que el ser humano es social por naturaleza?
2. ¿Cómo describe HOBBES el estado del ser humano antes del llamado
pacto social?
3. Explica qué limitaciones pone LOCKE al poder del Estado.
4. ¿Qué semejanzas y diferencias encuentras
entre la teoría política de HOBBES y la de LOCKE?
5. ¿Por qué crees que HOBBES y ROUSSEAU tenían concepciones tan
distintas sobre el gobierno del Estado?
6. ¿En qué consiste el neocontractualismo de
RAWLS?
Texto 1
Así pues, encontramos tres causas principales de
riña en la naturaleza del hombre.
Primero, competición; segundo, inseguridad; tercero, gloria (...).
Es por ello manifiesto que durante el tiempo en que los hombres viven sin un poder común que les obligue a todos al respeto, están en
aquella condición que se llama guerra; y una
guerra como de todo hombre contra todo hombre.
Pues la guerra no consiste sólo en batallas, o en el acto de luchar; sino en un
espacio de tiempo donde la voluntad de
disputar en batalla es suficientemente
conocida (...). De esta guerra de todo
hombre contra todo hombre, es también consecuencia que nada puede ser injusto. Las nociones de bien y mal, justicia
e injusticia, no tienen allí lugar. Donde no hay
poder común, no hay ley. Donde no hay ley, no
hay injusticia (...). Es consecuente también con
la misma condición que no haya propiedad, ni
dominio, ni distinción entre mío y tuyo; sino sólo
aquello que todo hombre pueda tomar.
T. HOBBES: Leviatán, XIII
Responde de acuerdo al texto anterior
¿Por qué el estado de naturaleza es un estado de
guerra?
¿Qué consecuencias se desprenden de esta
situación?
Texto 2
Concluyamos que, errante en los bosques, sin industria, sin palabra, sin domicilio, sin guerra y sin vínculos, sin ninguna necesidad de sus semejantes, así como sin deseo alguno de perjudicarlos, quizá incluso sin reconocer nunca a ninguno individualmente, el hombre salvaje, sujeto a pocas pasiones y bastándose a sí mismo, únicamente tenía los sentimientos y las luces propias de tal estado, que sólo sentía sus verdaderas necesidades y no miraba más que aquello que creía interesante de ver, y que su inteligencia no hacía más progresos que su vanidad.
Si, por azar, hacía algún descubrimiento, mal
podía comunicarlo puesto que ni conocía a
sus hijos. El arte perecía con el inventor; no había ni educación ni progreso, las generaciones se multiplicaban
inútilmente, y, al partir cada una del
mismo punto, los siglos transcurrían en la completa tosquedad de las primeras
edades; la especie ya era vieja y el hombre permanecía siempre niño.
J. J. ROUSSEAU: Discurso sobre la desigualdad
entre los hombres
Responde de acuerdo al texto anterior
• Describe los rasgos principales de este
supuesto hombre natural postulado por J.
J. ROUSSEAU.
LA INSTITUCIÓN POLÍTICA
Uno de los requisitos de funcionamiento de toda
sociedad es un cierto grado de
organización. En efecto, toda sociedad aparece como un entramado de fines o metas comunes para cuya consecución
parece indispensable una diferenciación de los participantes en relación al
poder, que en el caso de la institución política es sinónimo de autoridad.
Las instituciones de una sociedad están
interrelacionadas a pesar de que cada una
responda a funciones distintas. Así, las instituciones económicas influyen en las políticas y viceversa.
EL CONCEPTO DE ESTADO-INSTITUCIÓN
Las instituciones políticas se encargan de
distribuir el poder en la sociedad y
constituyen el máximo organismo de control social, el Estado. El
sociólogo alemán MAx WEBER (1864-1920) lo definía como "una comunidad humana que reclama con éxito el uso legítimo
de la fuerza física dentro de un territorio determinado". Los filósofos de la historia, en el siglo XIX,
distinguieron claramente entre Estado o "sociedad política" y
"sociedad civil". Consideraron que el Estado es una asociación dentro
de una "sociedad territorial" o población vinculada a un territorio o
país, que comparte rasgos que la hacen
semejante hacia dentro diferenciada hacia afuera.
NACIÓN Y ESTADO
El concepto de Estado es diferente al concepto
de nación, aunque cabe identificarlos si
se habla de nación política. En este sentido, la nación sería la versión política de la idea de pueblo.
La diferencia entre nación y Estado reside en el
tipo de relaciones que se pretenden en un
caso y en otro. La nación es una comunidad unida
por lazos horizontales, como son la lengua, la cultura o un origen étnico
común. El Estado, en cambio, es una institución compulsiva, que impone su autoridad
sobre la población de un territorio. Para no confundirlas, llamaremos nación cultural a la
primera y nación política a la segunda.
Nación cultural
La nación cultural suele definirse como
comunidad humana, vinculada un
territorio, con claras señas de identidad culturales y psicológicas comunes:
una misma lengua, un pasado histórico común y un fuerte sentimiento, al menos
por parte de los sectores más dinámicos de la misma, de la posesión de tales
características diferenciadoras. Este concepto se mantiene mientras la nación
no ha dado el paso a poseer un Estado
propio.
Este concepto de nación se asienta sobre una
idea pre política: la idea de grupo étnico o de
"pueblo", Cuál sea el elemento
más determinante de esa conciencia puede depender de diversas circunstancias, pero, en
todo caso, debe ser suficientemente diferenciador, Normalmente, este elemento servirá
de base al movimiento nacionalista para alentar la aspiración a que cada nación
tenga su propia organización política. Cuando
esto se produce, surge el Estado como en consecuencia de esa ideología, y puede
tener más arraigo en la población y legar a regular más ámbitos que el Estado
nacido de otras circunstancias. La revolución francesa proclamó el
"principio de las nacionalidades, que fue
recogido también en la carta fundacional de la ONU.
Nación
política
La nación política no se forma necesariamente
sobre una realidad étnica común. Existen Estados que abarcan más de una nación.
En el pasado, los grandes imperios Romano
y Austrohúngaro comprendían varias
naciones sometidas por el poder de las armas.
Hoy siguen existiendo Estados formados por
varias nacionalidades, respetando sus características (federales o autonómicos)
o haciendo caso omiso de las mismas (unitarios y centralistas). Históricamente, la nación político-estatal nace en la
Europa Occidental en la Edad Moderna. Surge como modelo de organización política
en el que se quiere compaginar el hacer posible el ejercicio de la autoridad, inicialmente del monarca, con el desarrollo
de un fuerte sentimiento de solidaridad entre la población por
encima y más allá de los particularismos étnicos o
culturales.
LA SOBERANÍA DEL ESTADO
Una de las prerrogativas características del
Estado es la soberanía, entendida como no sometimiento a ninguna otra
autoridad. Esta soberanía tiene una
vertiente externa y otra interna.
La soberanía "hacia afuera" significa
la exclusión de cualquier sometimiento a
una potencia o autoridad externa de otro Estado que limite la independencia territorial o la toma de decisiones
de sus ciudadanos u órganos de gobierno. La existencia de instituciones como
el ejército o las aduanas se justifican en la
necesidad de garantizar esta autonomía.
La soberanía "hacia dentro" se concreta en el monopolio de la fuerza en todo su territorio. Cualesquiera que sean sus orígenes, el
Estado se reserva el monopolio de la coacción
que sólo puede ser ejercida legítimamente en su nombre (policía, ejército,
funcionarios de aduanas) o con su permiso, dentro de ciertos
límites (policías autónomas, empresas de seguridad).
Cualquier otro ejercicio de fuerza será
considerado ilegítimo y el Estado tenderá
a eliminarlo (bandas armadas, insurrecciones, defensa civil.) porque, de no
lograrlo, fracasará como tal, y puede dar lugar-como es el caso de una
revolución- a que la fuerza opositora se haga cargo, con líderes propios, del gobierno
del Estado, buscando ser reconocida como legítima detentadora del poder estatal.
Otro asunto es el modo como se establece y
legitima el alcance y contenido de esta autoridad. No
parece que deba ser la propia institución política quien determine sus poderes
y el contenido del derecho.
Muchos consideran que esta función escapa al
campo de la política y es asunto de la ética. En todo caso está claro que los
criterios deben estar fuera del alcance de la propia institución del Estado y
que el ejercicio de esta soberanía debe tener el límite
del bien común y del derecho
establecido para que no se convierta la autoridad en dominación y el Estado en
aparato represor.
EL PODER Y SU LEGITIMACIÓN
El poder del Estado supone la existencia de la acción de
gobierno. Es decir, que alguien se
ocupa de organizar con mandatos y prohibiciones la vida y la convivencia de los
ciudadanos, al menos en aquellos aspectos que tienen una repercusión social,
que son la mayor parte. A esta
autoridad, en las sociedades occidentales, es a la que se llama gobierno.
En la procedencia y legitimidad sobre la que se
basa este ejercicio de gobierno, radica la diferencia
entre Estado de hecho, en que el poder político no admite límites, y Estado de
derecho, en el que el poder político
está legitimado por la aceptación de normas explícitas, recogidas en las
Constituciones que son expresión de la soberanía popular. Hoy no parece existir
otra fuente de legitimidad, al menos permanente. Sin embargo, el filósofo y
sociólogo alemán, MAX WEBER (1864-1920), afirma que cabe distinguir al
menos "tres tipos puros de dominación
legítima": La dominación
carismática: la obediencia se justifica en el afecto al señor y sus cualidades sobrenaturales (carisma),
facultades mágicas, heroísmo, dotes intelectuales o de oratoria. Los tipos más
puros son el profeta, el héroe y el demagogo. El
que manda es el "caudillo",
quien obedece es el "apóstol". En este caso estarían los gobiernos nacidos de movimientos revolucionarios que dan paso
a un orden nuevo.
La dominación tradicional: tienen esta
legitimidad los gobiernos basados en la creencia de la
santidad de determinadas personas o instituciones,
siguiendo leyes o costumbres heredadas. El tipo más puro es la autoridad patriarcal (el
"paterfamilias", o el "padre de la patria"). Quien ordena es el señor y los que obedecen
son "los súbditos", la administración está constituida por
"los servidores". Se
obedece a la persona, cuya dignidad queda consagrada por la tradición, mediante la fidelidad.
La dominación legal-racional: en este caso no
se obedece a la persona sino a la regla
establecida. El principio básico aquí es que cualquier derecho puede crearse y cambiarse mediante
una ley correctamente sancionada. Quien ostenta la autoridad lo hace por elección o nombramiento y presta un servicio: es el
"superior", cuya autoridad y competencias están establecidas y
limitadas por ley. La
administración es llevada por "funcionarios", obligados por
orden de jerarquía a una obediencia
reglamentada. A este tipo de autoridad
pertenece la organización del Estado moderno, del municipio y de otras muchas
instituciones.
La dominación legal-racional ha de ser
considerada la única forma legítima de detentar el poder en nuestra época.
Actividad 2
1. Define los siguientes conceptos: nación - Estado confederación -soberanía - gobierno -estado de
derecho - dominación carismática.
2. ¿Qué diferencia hay entre nación cultural y nación
política?
3. ¿Qué supone el ejercicio de la soberanía del Estado?
4. Qué diferencia existe entre Estado de hecho y de derecho?
5. ¿Qué diferencias existen entre Estado descentralizado y
Estado federal en cuanto a soberanía?
6. ¿Qué repercusión tiene para el ciudadano el "monopolio de la fuerza" por el Estado?
Texto 3
Pero aunque los hombres, al entrar en sociedad, renuncian a la igualdad, a la libertad y al poder ejecutivo que tenían en el estado de naturaleza", poniendo todo esto en manos de la sociedad misma para que el poder legislativo disponga de ello según lo requiera el bien de la sociedad, esa renuncia es hecha por cada uno con la exclusiva intención de preservarse a sí mismo y de preservar su libertad y su propiedad de una manera mejor, ya que no puede suponerse que criatura racional alguna cambie su situación con el deseo de ir a peor. Y por eso, el poder de la sociedad o legislatura constituida por ellos no puede suponerse que vaya más allá de lo que pide el bien común, sino que ha de obligarse a asegurar la propiedad de cada uno, protegiéndonos a todos contra aquellas tres deficiencias que mencionábamos más arriba y que hacían del estado de naturaleza una situación insegura y difícil. Y así, quienquiera que ostente el supremo poder legislativo en un Estado, está obligado a gobernar según lo que dicten las leyes establecidas, promulgadas y conocidas del pueblo, y a resolver los pleitos de acuerdo con dichas leyes, y a emplear la fuerza de la comunidad, exclusivamente, para que esas leyes se ejecuten.
J. LOCKE: Segundo tratado sobre el gobierno civil
Responde de acuerdo al texto anterior
·
¿A qué renuncian los seres humanos al entrar en sociedad?
·
¿Qué límite tiene la autoridad? ¿A qué ha de atenerse la autoridad en los conflictos entre ciudadanos?
Saberes previos y actividad 1 septiembre 17 de 2020
Actividad 2 octubre 8 de 2020
en Asunto, por favor, poner Apellidos, nombre, grupo y el título de la actividad
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